lunes, 28 de noviembre de 2011

Okupando a Góngora

Varias veces les he hablado en esta página del barrio de las letras de Madrid, donde hace tres siglos se cruzaban cada mañana, camino de comprar el pan, los periódicos o lo que se comprase entonces, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Góngora y el buen don Miguel de Cervantes, entre otros. Cada cual, como españoles de fina casta que eran, con sus fobias, envidias, desprecios y descalificaciones mutuas a punto de nieve. También comenté en alguna ocasión que si un barrio con semejante pedigrí hubiera estado en Londres o París, todo el lugar sería hoy un inmenso museo al aire libre cuajado de bibliotecas, placas conmemorativas, monumentos y autobuses con turistas. Pero donde está es en Madrid, a ver si me entienden. Capital de España, o de lo que sea este puticlub de carretera. Así que pueden imaginar la diferencia.

Una de esas diferencias ocurrió hace unos días. Y lo más simpático no es la anécdota, sino su desarrollo y posterior tratamiento mediático. Un grupo de okupas se había instalado, mediante el procedimiento tradicional de patada a la puerta y de aquí no me saca ni Kristo bendito, en una casa de la calle Huertas en la que vivió Góngora después de que su enemigo mortal Francisco de Quevedo comprase su anterior vivienda, a fin de darse el gustazo de echarlo a la calle. La casa -ya hemos precisado que hablamos de Madrid- estaba hecha una piltrafa, decrépita y llena de escombros. Así que los okupas se instalaron tan ricamente con su parafernalia habitual, también llamada ajuar perroflauta de toda la vida. Con la seguridad, por otra parte, que a cualquier okupa bien informado le da saber con certeza absoluta que en España, líder mundial en libertades y derechos del hombre y la mujer, si te metes por el morro en una casa ajena, es seguro que entre el hecho, la demanda del propietario, la decisión judicial y la ejecución de la sentencia de desalojo, si llega a producirse, y dependiendo de que el juez sea compañero de carrera o colega de universidad del abogado de una parte o de la otra, pueden transcurrir veinte años. O más.

El caso es que esos inquilinos por la kara estaban instalados en la antaño gongorina y ahora ruinosa morada, gozando de pleno derecho las innumerables facilidades que la Justicia española en general y el Ayuntamiento de Madrid en particular prestan a esta suerte de bonitas iniciativas populares. Pero siempre hay un pelo en la sopa. En ésas, algún propietario desesperado, impaciente, y si rascamos un poco seguro que fascista, racista, machista, violento, homófobo y misógino -etiquetas que en España suelen atribuirse en bloque a cualquiera que no se baje los calzones y ofrezca el ojete sin rechistar- debió decidir que aquella situación la solucionaba él a título personal, por el artículo catorce. Así que cuatro individuos fornidos tiraron la puerta, cogieron a los okupas en brazos y los sacaron a la calle. Acto reprobable, éste, que acogiéndome a la retórica al uso me apresuro a calificar -conste en acta para que no haya dudas sobre mi punto de vista ético- de terrorismo urbano. Incluso de genocidio perroflauta. De mi opinión debieron ser también los desalojados; pues en seguida pidieron apoyo a través de las redes sociales, y al poco se congregaron tres docenas de presuntos representantes del 15-M exigiendo reparación aún más indignados si cabe; pues la policía, que acabó presentándose, no actuó contra los malvados desalojadores ni devolvió las cosas al statu quo ante. Como si no estuviera clarísimo y consagrado por el uso hispano que, entre patada a la puerta de un okupa y patada a la puerta de un propietario, el segundo es quien actúa al margen de la ley, y el primero es la verdadera víctima del asunto. Por favor. A estas alturas.

Por cierto: escalofriante testimonio sobre la demencial pesadilla sufrida por los desalojados -algunos periodistas parecían compartir su asombro y justa indignación- fue el de una joven que afirmó, aún nerviosa del soponcio, que lo había pasado muy mal al verse sacada así a la calle, de sopetón, y que lo que había hecho el propietario de la casa era una infamia social de las que no tenían nombre, ni apellidos. Tras cuyo pertinente telediario, supongo, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid enviaron con suma urgencia un equipo de psicólogos y psicólogas para aliviarle el trauma. Eso me lleva a sugerir sin reservas que en las próximas okupaciones, tanto si son en las casas ruinosas de Góngora, Quevedo o Cervantes como en la del Payaso Fofó -que también tiene calles en España, y posiblemente en mayor número y con la placa más grande-, la policía abandone esa vergonzosa pasividad que me atrevo a calificar de filonazi y proteja de propietarios y otros energúmenos a quienes debe proteger. Que para eso cobra, la muy perra.

Arturo Pérez-Reverte
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/649/okupando-a-gongora/

domingo, 27 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

JOSÉ ANTONIO ¡¡¡SIEMPRE PRESENTE!!!




"La gravedad profunda de la muerte
era, para tu sangre, vencimiento,
para tu juventud, desasimiento
de hacer arquitectura el polvo inerte.


Vino luego el dolor de recogerte
en tierra que cumplió tu mandamiento.
¡Tu voz, que dio contorno al sentimiento,
se dobla ante el mandato de la suerte!


Pero España clamó, desarbolada,
por convertir en fuerza su impotencia
y unir el pensamiento con la espada.


Y por hacer más corto su camino,
cambiaste por la gloria la existencia
y Dios elevó a norma tu destino."


PEDRO LAÍN ENTRALGO
(Tomado de Corona de Sonetos...)

jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Ganado el recurso! Autorizado el acto en Génova y marcha al Valle


Nos complace comunicar que finalmente, esta misma mañana el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid ha dado la razón al equipo jurídico de La Falange. Lo han hecho, eso si, tratando de causar el mayor prejuicio, retrasando su sentencia hasta un límite en que casi nos resulte imposible anunciar y organizar nuestro acto político como nos gustaría y como se merece.

La circunstancia peculiar de la presente convocatoria era la coincidencia con la pantomima electoral y el "día de reflexión". Sin embargo, en las pasadas elecciones municipales de mayo ya vimos como la misma Delegación de Gobierno y la misma Junta Electoral que ahora pretendía silenciar a La Falange, entonces tenían manga ancha con el 15M. Sin irnos tan lejos, en esta misma cita electoral la Delegación del Gobierno en Madrid y la Junta Electoral conocen y va a permitir las diferentes protestas que por internet has promovido los indignados. Incluso han autorizado para el mismo dia de las elecciones a un grupo de provocadores para que se concentren ante el Valle de los Caídos e insulten a quienes quieren acudir el domingo a misa o tienen allí a sus difuntos.
Bien, pues esa Delegación de Gobierno y esa Junta Electoral, son las que han querido prohibir los actos de La Falange. Queda claro por lo tanto por donde se pasan estas instituciones el "día de reflexión". Ni respetan la democracia, ni las reglas, ni el sufragio, ni a los ciudadanos. No han hecho mas que utilizarlas de nuevo contra aquellos a los que nos consideran enemigos. Se trata de un caso sangrante de discriminación política y de arbitrariedad por parte de las instituciones. Nosotros tenemos que pelear el doble y sortear mil obstáculos. Para La Falange hay "día de reflexión", pero para los convocantes de extrema izquierda no.

Con todo y con eso nuestros actos políticos y nuestra manifestación reivindicativa y de conmemoración del 75 aniversario del asesinato de José Antonio Primo de Rivera, fundador de nuestra formación política, se celebrarán este año como todos: con toda normalidad pues cuentan como siempre con todos los permisos legales.

El próximo sábado a las 21:30 horas en la calle Génova, frente a la casa en la que nació José Antonio Primo de Rivera, tendrá lugar un acto político. Desde allí partirá una manifestación hasta Moncloa, donde se despedirá la tradicional Marcha de la Corona, que transcurrirá durante toda la noche y a pie hasta el Valle de los Caídos.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Que nunca se nos olvide.


"Prefiero la bala marxista a la palmadita derechoide, pues es cien veces mejor morir de bala que morir de náuseas”...

viernes, 11 de noviembre de 2011

CARTA DIRIGIDA A SIMPATIZANTES Y AFILIADOS DEL NPe....Y A QUIEN QUIERA ESCUCHAR

Estimados camaradas,

Os dirigimos esta carta a fin de convocaros al acto público que se celebrará el próximo 27 de Noviembre en la Plaza de Oriente de Madrid a las 12 horas con el lema “FRANCO: UN HEROE. JOSE ANTONIO: UN MARTIR. OTRA POLITICA ES POSIBLE” para rendir homenaje a estos dos héroes de España.

Este acto es convocado por el Nudo Patriota Español y otras organizaciones patriotas que se están aglutinando para el mismo y cuya relación aún no podemos facilitar por no estar cerrada. La colaboración del NPe es total en coherencia con nuestro trabajo por la unidad de todos los patriotas de España y por la defensa de todo nuestro pasado político frente a la Ley de Memoria Histórica.

El NPe entiende que el inicio de la reaparición de nuestro sector ideológico en la vida política española llegará de un 20N en el que los patriotas de España nos esforcemos en movilizar al máximo de asistentes posibles y comuniquemos allí que hemos sido capaces de construir una alternativa unida que nos represente con fuerza.

Este trabajo no podemos hacerlo solos. Necesitamos manos, ayuda, colaboración, apoyo. Los vuestros. La de quienes recibís esta carta. Para unir a los patriotas, y en tanto en cuanto lo conseguimos, para seguir luchando por nuestros principios y defendiendo nuestra tradición y orígenes políticos os pedimos vuestra afiliación al NPe.

Este 27 de Noviembre necesitamos vuestra presencia en la Plaza de Oriente. Sabemos que nos toca volver a empezar y que partimos de casi nada. Que ese casi nada no sea tan pequeño depende de cuantos os suméis a este nuevo principio.






¡ARRIBA ESPAÑA!

Fdo: Eduardo Arias Hijas

Presidente del Nudo Patriota Español

jueves, 10 de noviembre de 2011

martes, 1 de noviembre de 2011

Bienvenidos al pasado

Debo ser de los pocos que no habla de las elecciones y su resultado; la razón de ello es que no me importan un pimiento. En este país, antes llamado España, aproximandamente la mitad de la población cree que si gana el PSOE de nuevo nos hundimos, y la otra mitad, que si gana el PP nos vamos al carajo. Lo triste, grave y preocupante, es que todos tienen razón.
Y la tienen no sólo porque nadie parece votar a favor, sino a la contra. “No quiero que salgan los mios, sino que no salgan los otros” parece ser la reflexión común. Muy triste para alguien como yo, que ya no sabe ni si soy “de los mios”.
Decía que no sólo tienen razón por eso, que puede ser incluso accesorio, sino porque aquí no son los políticos quienes gobiernan, sino los bancos. Y hay tantas pruebas de ello que enumerarlas me provoca excesivo hastío. Simplemente, fijémonos en quien es el candidato al que Botín presta su avión particular: es quien gana las elecciones. Es un suceso que se ha repetido durante más tiempo del que un ministrable sobrio podría recordar.
Esos bancos, tan refractarios a una posible socialización de las ganancias, pero que en cuanto vienen las cosas mal son los primeros en socializar las pérdidas, condonan deudas fantásticas a los partidos políticos, pero no dudan en tirar a la calle a muchos españolitos, cada vez más, son los nuevos amos, dueños de esas nuevas generaciones de esclavos que estamos forjando entre todos. Esclavos que se verán sin su casa, una casa que tasaron los bancos como quisieron, prestaron dinero con intereses imposibles (y que no salga el tonto útil de turno a decir que ellos se lo buscaron: ellos no tenían otro remedio, el alquiler en España es incluso más caro que una hipoteca, y nos pongamos como nos pongamos, el servicio de préstamo sigue siendo un oligopolio en España). Esclavos que al no poder pagar sus deudas por la situación que les zurra, no solo dan las llaves de su hogar, sino su alma, al seguir pagando sine die una cantidad imposible, mientras el banco se hace por miseria y compañía con lo que siempre fue suyo, y lo reutiliza como cebo para pescar a más incautos que también les darán su vida y alma. Pisos manchados de sangre y sudor que seguirán marcando el lomo de nuevos esclavos.
Dicen que volvemos al siglo XIX. Qué ilusos, ojalá fuera así. El problema no es que vayamos a volver a las condiciones del XIX, sino que en el XIX estaban mejor de lo que estaremos nosotros, con todas las cargas del “progreso” y con una regresión absoluta de la justicia social, desaparecida en las alcantarillas del gran capitalismo. Si tienes un problema y no lo soluciona el mercado, estás frito. ¿Tienes un niño enfermo? ¡Tonto!, te llamarán desde sus tribunas forradas en euros. La culpa es tuya por no abortar. ¿Tu madre no puede comer con su pensión? ¡Oiga! ¿ha oído hablar de la eutanasia?. Si no produces, es más, si no produces mucho y barato, por un cuenco de arroz mejor que por unos billetes, no sirves para nada. Y ya no existe familia posible que ampare la caída, pues la família es lo primero que este perverso sistema se ha encargado de destruir.
Por eso no hablo de elecciones. Porque al margen de la prensa, en la calle de verdad, la Patria, la política, el terrorismo… pasa desapercibido. Es fácil hablar de España, de la libertad y la democracia cuando conduces un mercedes y tienes un sueldo seguro. Pero cuando tus hijos pasan hambre y el banco intenta expulsarte de tu casa, todo es más mundano, y los grandes eventos te importan una higa. Llegamos poco a poco al momento en que parezca que todo sea peligro y la calle muerda. Entonces, es cuando la mirada de los españolitos de a pie se giraran y nos buscarán a los apestados por ser políticamente incorrectos, con la esperanza de que tengamos solución. Y será demasiado tarde.
Antes quería que se fueran, estos políticos y banqueros. Ahora no. Quiero que se queden. Algún día tendremos que juzgarles y ellos tendrán que calentar el banquillo con sus podridas nalgas.